La ONU confirmó ayer el uso de gas sarín en el ataque del pasado 21 de
agosto a las afueras de Damasco, y lo calificó como un “crimen de
guerra” que “no puede quedar impune”, y Estados Unidos, Francia y Reino
Unido se lo adjudicaron al régimen sirio, mientras que Rusia consideró
que sus colegas occidentales se “precipitan”.
“Los resultados son indiscutibles y abrumadores. Los hechos hablan por
sí solos”, dijo Ban al presentar el informe de los inspectores a los
miembros del Consejo de Seguridad, ante quienes aseguró que ya se ha
podido confirmar, de manera “objetiva e inequívoca” que se usaron armas
químicas en Siria.
El secretario general respondió después ante la prensa que ahora
“corresponde a otros” decidir quién empleó ese tipo de armamento y
determinar responsabilidades por un “crimen de guerra” del que hay
evidencias “claras y contundentes”, tras recordar que el mandato del
equipo del profesor Ake Sellstrom era solo dilucidar si se usaron.
El Consejo de Seguridad debate ahora un proyecto de resolución, para dar
una respuesta de la comunidad internacional a lo ocurrido en Siria,
pero mientras Estados Unidos, Francia y Reino Unido coinciden en apuntar
al régimen de Damasco, Rusia cree que todavía hay “muchas preguntas”
encima de la mesa.
“El mandato no era investigar quién empleó las armas químicas, pero los
detalles técnicos del informe dejan claro que solo el régimen sirio pudo
lanzar ese ataque”, dijo la embajadora de EE.UU., Samantha Power, quien
subrayó que las armas eran “profesionales” y que “no hay pruebas” de
que la oposición tenga gas sarín.
En los mismos términos se pronunciaron los representantes de Reino Unido
y Francia, quienes a la salida de la reunión del Consejo de Seguridad
dijeron que después del informe de los expertos de Naciones Unidas “ya
no hay duda” de quién está detrás del ataque del 21 de agosto.
Por su parte, el embajador ruso, Vitaly Churkin, consideró que sus
colegas occidentales se “precipitan” al adjudicar al Gobierno de Damasco
la responsabilidad del ataque. “Hay todavía muchas preguntas que tienen
que ser analizadas de forma seria y profesional”, dijo el representante
de Moscú.
Sobre el borrador de resolución que se está debatiendo en el Consejo, el
embajador británico, Mark Lyall Grant, indicó que antes de que pueda
someterse a votación un texto hay que esperar a la Organización para la
Destrucción de Armas Químicas (OPAQ) y la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
Por su parte, el embajador adjunto francés, Alexis Lamek, aseguró que el
Gobierno de París es partidario de aprobar una resolución que haga
mención al Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, que contempla
sanciones y medidas de fuerza contra los países que pongan en peligro la
paz y la seguridad mundial.
El secretario general de la ONU, que anunció que a final de mes se
reunirá con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el
ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, urgió al Consejo de
Seguridad a mostrar “liderazgo” y asumir su responsabilidad “política y
moral” para ayudar a resolver el conflicto sirio.
“El uso de armas químicas por cualquiera de las partes, en cualquier
lugar, es un crimen. Pero hoy nuestro mensaje tiene que ir más allá. No
mates a tu pueblo con gas”, dijo Ban, quien abogó por hacer “todo lo
posible” para que las partes se sienten a negociar en la conferencia
internacional de Ginebra.
El secretario general, Ban Ki moon, adelantó también que la misión de
expertos de la ONU volverá a viajar a Siria “lo antes posible” para
continuar con la investigación de las otras denuncias de ataques
químicos en Siria, una de las autoridades de Damasco y otra de los
rebeldes de la oposición, para elaborar un informe final.